Los chakras son los centros de energía sutil del cuerpo que, como pequeños molinos, giran a la velocidad de la luz, emanando los colores del espectro y resonando, cada uno, con su frecuencia particular. Estos colores se combinan para formar las auras que rodean a cada persona, conectándonos con los demás y con el cosmos.
En nuestro cuerpo existen de siete a ocho chakras mayores y numerosos chakras menores. Su ubicación se corresponde con las zonas del cuerpo donde se unen los nervios y a actividad eléctrica es alta, como los plexos braquial y sacral ( chakras mayores) y los codos y rodillas ( chakras menores).
El flujo de energía en los chakras puede bloquearse por acontecimientos vitales a través de la actividad del sistema nervioso autónomo. Por ejemplo, cuando acostumbramos a asumir una postura definitiva en respuesta a los estímulos negativos, bloqueamos el flujo de energía en los chakras. El Hatha yoga contrarresta estos bloqueos y vuelve a iluminar los chakras, estimulándolos, para que giren libremente.
El concepto del despertar de la Kundalini hace referencia al "desbloqueo" del flujo de energía a través y entre los chakras. Este proceso sucede de forma instantánea, por el contacto con un maestro (interno o externo) que despierta la conciencia del alumno sobre su gran potencial. Antiguamente, esto ocurría a través del contacto pero puede suceder también con una mirada o incluso a través de la mera presencia del maestro. Esto se conoce como shaktipata ( transmisión de la energía psico-espiritual). Como conciencias humanas en transición desde la Era de Piscis a la de Acuario, cada vez más gente está experimentando espontáneamente el despertar de la kundalini, a diferentes niveles.
El despertar de la kundalini es semejante a la explosión de un línea de ata tensión y requiere una preparación cuidadosa. El hatha yoga prepara al practicante, al mismo que despierta la kundalini.
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